sábado, 12 de marzo de 2011

QUE RAZAS DE LOBOS HAY

Es el lobo por decirlo principal,Comparte un ancestro común con el perro doméstico (Canis lupus familiaris), como evidencia la secuencia del ADN y los estudios genéticos.Por eso se dice que es el principal ya que probiene de la raza mas antigua que existe de estos.
estuvo presente en toda la Península Ibérica, estuvo a punto de extinguirse en los años 70, aunque pudo ser salvado gracias a la labor de varios naturalistas. Hoy es un animal protegido y se encuentra en expansión,Abunda al noroeste de la Península. El tamaño es medio, algo más pequeño que otros lobos europeos, con un color pardo-grisáceo y manchas negras en los pies (de ahí el nombre signatus).
Al igual que el lobo ibérico, pero en este caso siempre ha habido muchas dudas de su autenticidad, pues fue descrito a partir de varios animales que estaban cautivos en Murcia y no se han observado en estado salvaje. Los lobos levantinos eran bastante más pequeños que los ibéricos, de pelo rojizo y corto.
De aspecto intermedio entre el lobo ibérico y el típico de Europa central y del este, hoy día aislado en distintas zonas protegidas de los Montes Apeninos y próximo a la extinción.
Presente en Europa central y hoy en día bastante escaso, aunque sigue estando bien representado en los Balcanes.
El más abundante de los lobos europeos y el de más amplia distribución, presente en Europa del este y Rusia, así como el sur de Siberia hasta el Océano Pacífico.
En ocasiones se divide en dos variedades, desertorum y cubanensis .En ambos casos, se trata de lobos pequeños pero robustos, de pelo gris corto, adaptados a la vida en las estepas y desiertos de Rusia meridional y Asia central.
Debido a su aislamiento reproductivo respecto a cualquier raza de perros domésticos desde que fuera introducido en Australia hace 3500 años, el dingo se considera una subespecie de lobo aparte. Similar en cabeza y proporciones a los perros del sureste asiático, aunque más grande y robusto, habita en pequeños grupos en toda Australia, donde se alimenta preferentemente de canguros y de ovejas que roba en las granjas, lo que le ha hecho impopular y por lo que ha sido perseguido en otros tiempos.

QUE ESPECIES DE LOBOS

 Ningún animal tiene un papel tan destacado en los mitos y leyendas de los pueblos septentrionales como el lobo.
Quedan hoy dos especies de lobos. El lobo gris actualmente está restringido a unos cuantos grandes bosques del este de Europa, algunos refugios montañosos aislados en la región mediterránea, montañas y zonas desérticas de Oriente Medio, y zonas yermas en Asia y Norteamérica. Este declive es el resultado de la persecución del hombre y de la destrucción de su hábitat.
El extremadamente raro lobo rojo se encontraba en otros tiempos en la parte sudeste de Estados Unidos, pero hoy se le considera extinto en libertad, como resultado sobre todo de una hibridación con los coyotes que se desplazaron hacía el Este.
Los lobos ingieren una amplia variedad de alimentos. En la taiga y en la tundra, las presas típicas son el alce, el ciervo y el caribú, animales que pesan hasta diez veces más que el lobo y que son cazados por las manadas. Los animales jóvenes o viejos o los más debilitados, son las víctimas más probables. Los mamíferos más pequeños como el tejón o la liebre, suelen ser presas importantes sobretodo en verano.
En ocasiones comen carroña y vegetales; incluso llegan a hurgar en cubos de basura y en los vertederos.
Para encontrar comida suficiente las manadas de lobos necesitan extensas zonas que varían entre los 100 y los 1000 Km. dependiendo sobre todo de la densidad de las presas. Las marcas olorosas y las vocalizaciones (los largos y profundos aullidos que junto con ladridos, gruñidos y gemidos, constituyen el vocabulario del lobo) ayudan a definir y a defender estos territorios.
Muchas manadas ocupan durante todo el año territorios estables en zonas boscosas. En las regiones de la tundra septentrional, las manadas suelen ser nómadas, ya que siguen las migraciones del caribú y del saiga.
El núcleo de la manada de lobos es la pareja reproductora, generalmente los lobos se aparean de por vida. Las posturas del cuerpo son parte importante del lenguaje que crea y refuerza la jerarquía de la manada. El tamaño de esta depende del volumen y de la disponibilidad de las presas. En tierra de alces hay manadas de hasta 20 individuos, pero este número desciende a siete cuando la presa principal es el ciervo. En los Abruzzos donde la mayor parte de las presas han sido exterminadas, los lobos subsisten gracias a los desechos humanos. Allí los lobos suelen desplazarse solos.
La reproducción tiene lugar a finales de invierno y nacen de cuatro a siete cachorros ciegos e inermes en una madriguera o lobera. Al cabo de un mes salen de ella para recibir comida y atenciones de sus padres y otros miembros de la manada.
Si la comida abunda estos ayudantes pueden contribuir a la crianza de los cachorros hasta que a los tres o cuatro meses ya pueden viajar con la camada.
Si el alimento escasea, las posibilidades de supervivencia de los cachorros disminuye. Algunos abandonan la manada durante la siguiente época de reproducción, mientras otros se quedan como ayudantes. Los lobos alcanzan la madurez sexual aproximadamente a los dos años. 

DONDE VIVEN LOS LOBOS

A lo largo de la historia se ha creado una mala reputación, o más bien el hombre se ha encargado de que la figura del lobo esté rodeada de temor y de respeto. Es cierto que sus ataques puntuales al ganado no han ayudado mucho, pero tampoco nuestra cultura y tradición han tratado de cambiar esa imagen, sino más bien todo lo contrario. «¿A dónde vas Caperucita?, le preguntó el lobo con voz ronca». Esta es una de las primeras frases del cuento que todo niño ha escuchado o leído alguna vez en su vida. Un cuento que es parte de nuestra tradición, repleta de alusiones a la supuesta perversidad y agresividad del lobo.
Dicen los expertos que todas estas creencias se deben a una milenaria pugna entre el lobo y el hombre, ya que en el fondo son dos especies que compiten por los mismos recursos alimentarios, pero esto tampoco termina de ser del todo creíble, ya que hay otras culturas donde el lobo juega un papel fundamental. Hay que recordar, por ejemplo, el mito de Rómulo y Remo, amamantados por una loba y a quienes se les atribuye la fundación de la ciudad de Roma. También los indios norteamericanos ven en el lobo un honorable competidor, al que respetan y admiran.
Sea como sea y sea por la razón que sea, lo cierto es que al lobo no le ha ido muy bien a lo largo de su historia. Prueba de ello es que a día de hoy en España es una especie vulnerable y en Andalucía está prácticamente en peligro de extinción. Sus peores enemigos han sido siempre la caza y los cebos envenenados y esto ha dado al traste con una especie que es parte fundamental de los ecosistemas a los que pertenece.
Jaén es una de las pocas provincias andaluzas y españolas en la que habitan lobos. Según explica el delegado provincial de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, José Castro, la población de lobos que existe en Jaén está concentrada en la Sierra de Andújar, parte de Sierra Morena, donde se registra el total del censo de lobos que hay en Andalucía.
En total, en Jaén se calcula que la población ronda las 15 manadas, lo que se traduce en aproximadamente 60 lobos. Desde el año 2003, la Junta de Andalucía desarrolla un programa específico de protección a esta especie.
El programa consiste básicamente en hacer un seguimiento a las manadas. Técnicos de la Delegación se dedican a realizar esperas auditivas, que no es otra cosa que reconocer los aullidos de cada uno de los lobos. También se hacen entrevistas a los guardabosques, a los ganaderos o incluso a los cazadores; en la Sierra de Andújar existen puntos fijos de observación, se realizan recogidas de excrementos y se hacen investigaciones de los ataques a ganado.
Un ataque en 3 años
Aunque lo cierto es que gracias a este programa se han reducido tanto los ataques al ganado como, en consecuencia, los ataques de los ganaderos a los lobos, según los datos que maneja la Delegación, en 2008 se contabilizó un ataque a dos cabezas de ganado por parte de lobos y este ha sido el único en los últimos tres años.
«Por cada cabeza de ganado que un lobo ataca, la Junta entrega una ayuda a los ganaderos de entre 120 y 150 euros», aseguran desde la Junta.
Cierto es que el último ataque conocido a ganado en la provincia de Jaén fue en Zocueca, pero en este caso se trató de una manada de perros salvajes que acabaron con la vida de 30 animales degollados. Lo malo es que este mismo ganadero ha visto ya hasta en cuatro ocasiones morir a sus animales a causa de estos perros salvajes.
El trabajo actual por parte de la Administración está enfocado a la recuperación de esta especie, aunque ello no sea tan fácil. «La mayor dificultad es con los cachorros, porque el periodo de cría de los lobos coincide con el periodo de más movimiento en Sierra Morena, tanto por la transhumancia como por la temporada de caza».
La acción del hombre
En general, son muchas las dificultades que se presentan dentro del trabajo de conservación y recuperación de esta especie. La Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico enumera alguna de estas dificultades. Entre ellas está la acción del hombre. Según la asociación, la principal causa de mortalidad de los lobos es por este motivo. Muchos lobos son abatidos ilegalmente durante el ejercicio de la caza. El furtivismo supone al menos un 40% de la mortalidad total, pudiendo alcanzar hasta el 87% en determinadas zonas de España.
La alteración del hábitat es otro de los motivos que dificultan su conservación. Desde carreteras y autovías hasta instalaciones como los parques eólicos, que cambian el paisaje, pueden ser perjudiciales para esta especie. La tercera cuestión es la de la incompatibilidad entre el ganado y los lobos. En este caso, la Asociación apuesta por políticas de prevención y de compensación a los ganaderos, y lo cierto es que el programa que existe en Andalucía está basado en estos dos principios.
Diversidad genética
Y por último, también es clave conservar la diversidad genética de las poblaciones de lobos, pues determina la capacidad de adaptación de la especie a los posibles cambios en el medio. La muerte de un individuo genera, por sí sola, una disminución de la diversidad genética, que si es elevada (numerosa mortalidad), puede reducir la probabilidad de supervivencia de la población, incrementando poco a poco el riesgo de extinción. Si además existen diferentes barreras físicas que impiden un flujo continuado de ejemplares, pueden aparecer problemas de conectividad y por tanto, de aislamiento. En poblaciones pequeñas o aisladas, la reproducción entre individuos emparentados (con una composición genética similar), implica que las enfermedades y las deficiencias genéticas puedan ser más frecuentes en los descendientes.